Nuestra Historia
Cuando el amor y la empatía se convierten en acción, nace un propósito que transforma.
AMA no nació de una idea repentina, sino del eco persistente de muchos silencios: el llanto de un animal herido en una esquina, la mirada hambrienta de animales abandonados sin hogar, la indiferencia de una sociedad que no siempre ve.

Durante años, en silencio, sin cámaras ni aplausos, fuimos rescatando, curando y protegiendo a los más vulnerables. Lo hacíamos por amor. Lo hacíamos porque no podíamos mirar hacia otro lado. Pero el dolor que veíamos era demasiado grande para un par de manos. Un día, en un intento por ayudar a unos perros que habían aparecido en nuestro entorno en situación crítica, tocamos las puertas de casi todas las organizaciones dedicadas al rescate animal. Una tras otra, con honestidad, nos dijeron lo mismo: “Estamos colapsados, ya no damos abasto.” No era por falta de voluntad, sino por la magnitud del problema. Y en ese momento, supimos que no podíamos esperar más. No podíamos dejar que el sufrimiento de esos animales fuera una estadística más.
Así nació AMA: Amor Manifestado en Acciones. Una respuesta urgente y compasiva ante la falta de espacio, recursos y visibilidad. Creamos AMA para abrir una nueva puerta cuando todas las demás estaban cerradas. Un proyecto que transforma la frustración en acción, el dolor en propósito, y la empatía en unión.
El propósito de AMA va más allá del rescate y la alimentación. En Ama creemos que la solución no está solo en recoger animales, sino en evitar que terminen en la calle: esterilizando para poner fin al ciclo de abandono y sufrimiento, y educando a niños, jóvenes y adultos sobre el respeto, el cuidado y la responsabilidad que implica compartir la vida con un ser sintiente.


AMA no es solo un proyecto; es un movimiento que cree en el cambio sostenible con el amor como acción, la esperanza como guía, y la empatía como motor.
Nuestra historia comenzó en silencio, pero hoy tiene voz. Una voz que necesita de ti para seguir creciendo. Porque juntos, sí podemos reducir el abandono y el sufrimiento animal.